El olfato y la Covid19: la importancia del sentido más ignorado
- Última actualización el Jueves, 03 Junio 2021 07:38
- Escrito por Revista Integración núm 96. Octubre 2020
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El sentido del olfato nos ayuda a disfrutar de la vida, a detectar situaciones de peligro, a relacionarnos entre las personas y recordar utilizando la memoria de aquellos aromas guardados en nuestro interior. Es por ello que pedimos al Dr. Juan Maza Solano, ORL del Hospital Virgen Macarena especialista en cuestiones olfativas, y al Dr. Franklin Mariño-Sánchez, ORL del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, que nos hablasen de estas cuestiones cuyos síntomas pueden ser indicadores de coronavirus según los últimos estudios y rápidamente aceptó el reto, cuyo resultado podemos ver en este artículo.
Dr. Juan M. Maza-Solano |
Dr. Franklin Mariño-Sánchez |
El ser humano tiene la capacidad de reconocer más de 1 billón de sustancias olorosas. Simplemente, el hecho de respirar nos permite comunicarnos constantemente con el medio a través del olfato. Esta conectividad nos integra en nuestro entorno social, cultural, alimentario e incluso sexual. Sin embargo, del mismo modo que ocurre en otras muchas patologías, únicamente nos percatamos de su trascendencia cuando se altera.
La anosmia o pérdida completa del olfato, la hiposmia o pérdida parcial y las disosmias (alteraciones cualita- tivas del olfato), suponen un problema para quienes las padecen, si profundizamos en las connotaciones de los odorantes. La prevalencia exacta de las alteraciones del olfato no está bien definida, aunque, según el estudio OLFACAT, se situaría en torno al 19,5% en la población general para algún tipo de trastorno del olor, y de un 0,3% para las anosmias1. Según Federico Kukso, en su obra Odoramas: Historia cultural del olor, “vivimos en un mundo de materia, un mundo de química, un mundo hecho de moléculas del que sabemos aún muy poco de él”.
En el año 2004, Linda Buck y Richard Axel obtuvieron el Premio Nobel de Medicina y Fisiología por su descubrimiento de la familia de los genes que codifican los receptores olfatorios2. Pero pese a este descubrimiento, según el Prof. Joaquim Mullol del Hospital Clínic de Barcelona, “queda mucho por andar en esta historia para poder contestar a numerosas preguntas como por qué somos capaces de oler 10.000 olores con menos de 400 receptores, por qué las células olfatorias se reproducen con facilidad mientras otras neuronas no lo hacen, o por qué oliendo un jersey de nuestro abuelo somos capaces de recordar una tarde de pesca y la felicidad que sentíamos en un verano remoto de cuando teníamos solo 8 años.