Johanna Pätzold: Para la música sirve la misma verdad que para el habla, necesitas entrenamiento

Liane Sitjà, madre de una niña usuaria de implante coclear, socia de la Federación AICE y miembro de nuestra junta, tuvo la oportunidad de charlar con Johanna Pätzold (especialista en musicología e implantada coclear) sobre la música y los usuarios de implante coclear. A continuación, os reproducimos la conversación.

Liane: Hola, soy mamá de una niña pequeña que tiene ahora 3 años, y que fue implantada bilateralmente cuando tenía 1 año, y hasta ahora hemos estado muy focalizados en el desarrollo del habla, por lo que me ha interesado mucho su charla sobre música, y por ello estoy interesada en saber cuál es su experiencia en introducir la música en niños tan pequeños.

Johanna: Primero de todo yo diría que se puede introducir la música a los niños a cualquier edad. Si nos fijamos en el caso de los niños normoyentes, están expuestos a la música, independientemente de si tienen 3 meses o tienen 5 años, así que no hay un “rango de edad para iniciarlos”. Entiendo que cuando un niño es implantado, hay muchas otras cosas que pasan por delante como son citas médicas, terapias y se entiende que la prioridad es el habla del niño, pero puedes iniciarlo en la música en cualquier momento, y quizás ya la hayas introducido, en casa por ejemplo.

Liane: Sí, la he introducido, pero también es verdad que cuando hablo con ella, no pongo la radio, e intento separar los momentos cuando ella está viendo la tele, o escuchando música de la radio, por ejemplo, de los momentos cuando estamos hablando y manteniendo una conversación; intentamos no mezclarlos.

Johanna: Sí, y lo puedo entender, que quieras tener un momento específico para cada actividad: tiempo para la música, para ver una película, para hablar… y tiene sentido. Es la manera de obtener atención completa a la tarea que se está haciendo, y quieres tener toda su atención. ¿Es una niña?

Liane: Sí, es una niña

Johanna: ¿Cómo se llama?

Liane: Mar, que significa “sea” en inglés.

Johanna: ¡Ah! ¡Muy bien! ¡Mar! (risas). Bueno, y ¿qué haces con respecto a la música con Mar: le has cantado nanas antes de acostarla?

Liane: Sí, le canto nanas antes de acostarla, y además tiene un hermano y una hermana, y obviamente la exponen a la música porque traen muchas canciones que aprenden en el colegio, y veo que ella intenta seguirles, y si bien me doy cuenta que su entonación de la canción no es muy buena, sí veo que le gusta moverse, bailar, gesticular con la canción, y que intenta imitar lo que sus hermanos hacen.

Johanna: ¿Sus hermanos son mayores que ella?

Liane: Sí

Johanna: Claro, es que es natural que ella no sepa hacer exactamente lo que sus hermanos hacen, pero lo que realmente importa es que sus hermanos la están exponiendo a la música, ese es el inicio, porque ella necesita estar expuesta a la música y si no la involucráis, pues dónde -si no- va a estar más expuesta a la música si no es en el ambiente familiar.

Liane: Pero, ahora que está implantada desde hace dos años, y que empieza a hablar y a expresarse bien, ¿usted recomendaría llevarla a clases de música en grupo?

Johanna: Si ella muestra interés, sí. Quizá haya grupos de niños de más o menos la misma edad con quien aprender canciones, o poder trabajar con algún instrumento musical, y donde hagan diferentes juegos relacionados con la música; esto es bastante común en sesiones de terapia donde se les introduce la música a través del juego…

Liane: De hecho existe la posibilidad en su colegio de apuntarla a unas clases de coro, con otros niños de su edad, pero es una opción que no había considerado hasta escuchar su charla, porque quizá ella no lo hará tan bien como el resto de sus compañeros, pero creo que le puede ayudar de muchas otras maneras.

Johanna: Sí, exacto, y los mayores sirven como ejemplo a los más pequeños, esto es parte del aprendizaje, así que recomendaría encarecidamente que se apuntara a clases de música en grupo, y sobretodo el objetivo principal es que se lo pase bien, y que vaya aprendiendo con el tiempo.

Liane: Bueno, y ¿qué hay de los adultos? Yo no soy usuaria de implante coclear, pero me gustaría preguntarle por su experiencia con adultos implantados y su contacto con la música.

Johanna: He hablado mucho con adultos y he llevado a cabo sesiones de trabajo con ellos, y la primera observación que hice fue que cuando te encuentras con un grupo de gente, todos están en diferentes niveles en relación con la música, en cuanto a lo que disfrutan con ella y la frecuencia de su uso. Hay algunos que disfrutan de la música y les va muy bien; hay otros en cambio, que al implantarse dejaron de escuchar música y se sienten frustrados, y no quieren escuchar más. Pero cuando trabajas con ellos y acabas por plantearles las preguntas correctas, te das cuenta que en la mayoría de los casos dejaron de escuchar música porque tuvieron una mala experiencia con ella al estar recién implantados, y simplemente lo dejaron correr, y se dedicaron a otras cosas sin volver a intentarlo. Y para la música sirve la misma verdad que para el habla: necesitas entrenamiento, además de tiempo, también algo de paciencia, y seguir unas cuantas directrices básicas generales, como pueden ser: empezar con música conocida y que le sea familiar; utilizar apoyo visual, como sería leer las letras de la canción mientras se escucha; o estar viendo al músico cómo toca el instrumento musical mientras suena. También escoger música que sea sencilla, no una pieza compleja o demasiado elaborada. Por ejemplo, hay mucha gente a quien les encanta la música clásica, pues en este caso no hay que empezar con ópera o con sinfonías, sino que hay que empezar con algo sencillo como una pieza de Mozart interpretada al piano, o alguna pieza interpretada con un solo instrumento, así que en defi nitiva, empezar por lo sencillo.

Liane: Y después con el entrenamiento, ir a más…

Johanna: Sí, y al igual que en el caso de los niños, es importante que estén expuestos a la música. Claro está que en el caso de los adultos, son ellos mismos quienes lo deciden: “quiero estar expuesto a la música”. También hay que probar diferentes géneros musicales: empezar por lo simple y conocido, la música que es más familiar, más fácil de recordar y de percibir, y después continuar con algo diferente, con nuevos géneros. Un estudio determinó que a los usuarios de implante coclear les gusta más el tipo de música con fuertes ritmos, porque el compás es más fácil de percibir para ellos y pueden seguirlo mejor. Así que puede que haya usuarios de implante coclear que no hayan escuchado mucha música con tambores antes, pero es algo que deberían probar ahora, y probablemente lo acaben disfrutando mucho.

Liane: Muy bien. ¡Muchísimas gracias!

Johanna: De nada.