Yomara García Viera. Presidenta Juristas contra el ruido
- Última actualización el Martes, 23 Julio 2024 09:01
- Escrito por Revista Integración núm. 109. Junio 2024
- Visto: 250
Juristas contra el Ruido es una asociación de ámbito nacional constituida por abogados y abogadas con despachos en diferentes poblaciones del país y que están especializados en la defensa jurídica contra la contaminación acústica. La asociación nace en el año 2001 ante la necesidad de una respuesta especializada por la complejidad del problema del ruido. Además de combatir jurídicamente las causas y los efectos del ruido, se promueven la concienciación contra él, facilitando información, colaborando con otros profesionales implicados, organizando conferencias, cursos, etc. También se participa en ponencias técnicas de la Administración Pública, congresos y centros escolares. Desde las páginas de “Integración” agradecemos a su Presidenta, Yomara García, el tiempo que nos ha dedicado con esta entrevista.
¿El ruido mata o es una exageración?
No es una exageración. La contaminación acústica es un problema de salud pública y mata. El ruido tiene efectos nocivos que pueden afectar gravemente a la salud de las personas, tanto a nivel físico como psíquico. Angustia, ansiedad, depresión, insomnio, sin perjuicio de efectos adversos y agravación de muchas enfermedades preexistentes y pérdida de años de vida saludables. Todo ello produce efectos también económicos: depreciación de viviendas, horas de trabajo perdidas, costes médicos y hospitalarios, etc. El aprendizaje con ruido se ralentiza. Los niños se bloquean y no se concentran. El nivel de ingresos hospitalarios por afecciones cardiacas, subidas de tensión, y efectos digestivos aumenta cuando la ciudad es más ruidosa. También ocasiona problemas auditivos.
¿Tenemos datos al respecto?
Tanto desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) y, en España, el Instituto de Salud Carlos III, así como otras entidades, elaboran estudios sobre dicha afección. El Instituto de Salud Carlos III, ha realizado varios estudios y solo en la Comunidad de Madrid se le atribuye a corto plazo al ruido de tráfico unos 6.000 ingresos urgentes al año, lo que supone un coste de 83 millones de €/año. La agencia europea del medio ambiente en su informe técnico nº 11/2010 expone los riesgos potenciales del ruido en la salud, se aprecian en primer lugar con la aparición de un sentimiento de desasosiego, molestia, Inquietud, falta de confort. En segundo lugar, se produce estrés, entre otro estrés hormonal que puede causar graves daños. Otros riesgos son la subida del colesterol, de la glucosa y aparición de trombos en la sangre. También puede producir enfermedades cardiovasculares y la muerte. Todo lo expuesto, conlleva el que un entorno ruidoso entorpezca la recuperación de enfermedades, e incluso produzca el empeoramiento.
Un estudio realizado en Francia concluye que personas sometidas a niveles de ruido superiores a los 85 decibelios (dBA) (normal en zonas de “movida”, ruido de tráfico, ferrocarriles, aviones o en algunos trabajos) sufren un 12% más de problemas cardiovasculares, un 37% más de problemas neurológicos y un 10% más de problemas digestivos.
El Proyecto HYENA sobre los efectos de ruidos en aeropuertos, financiado con Fondos Comunitarios y publicado en la revista European Heart Journal, revela que ante un ruido superior a los 35 dBA la tensión arterial sube, incluso sin que el afectado se despierte. La Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyó en 2006 que la exposición a largo plazo o permanente a ruidos como tráfico, sirenas u otras fuentes es responsable de un 3% de los ataques cardíacos. En el Reino Unido se considera que, de 101.000 muertes por enfermedades coronarias, 3.030 pueden estar causadas por exposición crónica al ruido, incluyendo el ruido del tráfico.
Julio Díaz, del Instituto de Salud Carlos III, menciona en el trabajo “Ruido, tráfico y salud” que por cada decibelio por encima de los 65 aumentan los ingresos hospitalarios un 5,3%, especialmente por causas cardiovasculares. Sabemos que hay quejas y demandas, pero ¿suelen ser individuales o de grupos de vecinos o colectivos específicos?
En relación a las quejas y demandas, se producen casos individuales, familias, comunidades de propietarios y asociaciones, en función de la problemática acústica planteada y el grado de afección. Con que una sola persona sufra este grave problema es suficiente para denunciar y reclamar porque pueden estar afectados sus derechos fundamentales a la intimidad personal y a la inviolabilidad de su domicilio, que son de protección preferente.
Nota: Entrevista completa en formato pdf para su descarga