Terapia Auditiva Verbal, pasado y presente. Integración núm 70. Abril 2014

Hilda Furmanski y niña implantada.Hilda Mª Furmanski, Fonoaudióloga, LSLS, Certificada AVT (Terapeuta Auditiva Verbal Certificada), Profesora en la Especialización en Audiología en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad del Museo Social Argentino, Profesora en el Diplomado sobre Detección Precoz Aplicación de Procedimientos y Atención de la Hipoacusia, es una de las grandes eminencias mundiales sobre Terapia Auditiva Verbal. Ella misma nos hace un repaso histórico de este abordaje de (re)habilitación. El próximo mayo la Federación AICE la traerá a Madrid para ofrecer unas jornadas sobre TAV., dirigidas tanto a profesionales como a padres.

Hace cuatro décadas, Doreen Pollack definió el llamado Método Acupédico o Unisensorial como una serie de lineamientos para enseñarles a los niños a aprender a utilizar su audición en función de la adquisición del lenguaje. El término Terapia Auditiva Verbal (TAV) fue propuesto para esta metodología por Daniel Ling varios años más tarde y es el que se emplea actualmente para designar a un tipo específico de abordaje que básicamente aspira a que un niño con cualquier grado de hipoacusia, en condiciones adecuadas de detección e intervención, emplee la audición como canal principal para la decodificación del lenguaje, siendo sus padres y personas a cargo de su cuidado los principales modelos para el desarrollo de la comunicación. Lamentablemente muchos profesionales asocian la TAV solo a los niños con implantes cocleares, como si hubiese sido un abordaje diseñado a partir de la aprobación de dichos dispositivos. Sin embargo el enfoque auditivoverbal tiene una historia de desarrollo previa a los implantes cocleares.

En Estados Unidos, el proponente de la ejercitación acústica Max Goldstein se había inspirado en el trabajo del otólogo austriaco Víctor Urbantschitsch, cuyo texto original Entrenamiento Auditivo para la Sordomudez y la Sordera Adquirida, fue publicado en alemán en el año 1895 y traducido muchos años después en 1982 por Richard Silverman. Max Goldstein describió en 1939 el Método Acústico como la estimulación del mecanismo auditivo. A mediados del siglo pasado, Fry y Whetnall en Inglaterra utilizaban el término Entrenamiento Auditivo para definir la práctica adicional para las áreas corticales en la discriminación de sonidos del medio ambiente y del habla. Para la misma época, Helen Beebe en Estados Unidos proponía que el niño potenciara su audición al máximo antes de ser entrenado en la lectura labial. En Suecia, Wedenberg defendía la idea de comenzar el entrenamiento auditivo lo más tempranamente posible y describía ejercitaciones incluso sin equipamiento auditivo. Van Uden en Holanda describía su Método Perceptual Auditivo para que los niños sordos aprendan a vivir en un mundo sonoro. Todos estos cambios ocurrieron junto con la aparición de los primeros audífonos como dispositivos de ayuda auditiva.

El desarrollo del Abordaje Acupédico fue definido por Huizing en 1959 como una filosofía basada en la educación o re-educación de la función auditiva con el objetivo de la participación plena del niño sordo con el mundo que lo rodea. La idea era que se tratara de un proceso por el cual el niño pudiera integrar la audición a su personalidad. Tal como lo definió Doreen Pollack en 1974, el Método Acupédico refiere a un programa de habilitación para los niños con deficiencias auditivas y su familia que incluye el énfasis en el aprendizaje a través de la audición sin instrucción formal en lectura labial.

Beebe en Pennsylvania (EE.UU.) para discutir la formación de un grupo de clínicos que eran partidarios del abordaje auditivo. Al año siguiente, Doreen Pollack presidió el encuentro en Washington en el cual se decidió la formación de un comité llamado Comité Internacional sobre Comunicación Auditivo-Verbal (ICAVC) basado en los principios del Método Acupédico. Daniel Ling sugirió en ese año, concretamente en 1978, el término Auditivo-Verbal. En 1987, el ICAVC se transformó en Auditory-Verbal International (AVI) que publicó su código de ética, un documento con el alcance de la práctica, que definió los requisitos en cuanto a conocimientos, experiencia y habilidades y desarrolló un examen para la certificación conocida como Cert. AVT para terapeutas auditivo-verbales. Luego de muchos años, en el 2005 se resolvió la disolución de AVI y el proceso de certificación está actualmente a cargo de la Alexander Graham Bell Association bajo la dirección de la Academy for Listening and Spoken Language.

Sesiñon de rehabilitación

Quiere decir entonces, que los pioneros de este tipo de abordaje en muchos casos ni siquiera tuvieron la oportunidad de trabajar con niños con implantes cocleares y sin embargo sostenían y demostraron en la clínica que no existe mejor canal para la recepción de información acerca de los sonidos del habla que la audición y sin desmerecer otras vías de acceso a la información que en la mayoría de los niños con pérdidas auditivas se potencian de manera espontánea, impulsaron la estimulación de la percepción auditiva para lograr mejores niveles de comunicación e inteligibilidad en el habla aún con dispositivos de ayuda auditiva muy primitivos como los que tenían a disposición en aquellos años.

En la actualidad, es mucho más sencillo hablar sobre un enfoque que privilegie la audición como canal primario para la recepción de información acerca del habla y el lenguaje porque el acceso al sonido se ha incrementado de manera considerable, tanto en el tiempo de estimulación potencial, gracias a la detección temprana de las hipoacusias y los programas de rastreo en diferentes sitios y también gracias a los avances en la tecnología que le permiten hoy en día, aún a niños que no tienen audición mensurable en las evaluaciones audiológicas, acceder a la percepción de los sonidos del habla y el lenguaje con la ayuda de los dispositivos de ayuda y prótesis auditivas de última generación.

Nunca antes hubo tanto potencial para la audición como hoy en día: audífonos superpotentes, audífonos digitalmente programables, audífonos digitales, sistemas de FM miniaturizados y nuevos sistemas de comunicación inalámbrica y por supuesto, los implantes cocleares. La mayoría de los niños sordos o hipoacúsicos congénitos o prelinguales deberían poder tener acceso al lenguaje hablado a través del canal auditivo.

Cuando este tratamiento es llevado a cabo con el cuidado, la experiencia y el asesoramiento necesarios, muchos niños con hipoacusias aún severas, profundas o totales, pueden aprender a comunicarse a través de la audición y el lenguaje hablado en forma muy natural.

Se puede definir a la TAV como la creación de condiciones especiales de comunicación en las cuales se ayuda a los niños con deficiencia auditiva a adquirir muchas de las habilidades para la percepción y por lo tanto para la producción del habla, que los niños oyentes adquieren naturalmente sin intervención.

El abordaje auditivo-verbal consiste en una evaluación diagnóstica progresiva del desarrollo de la comunicación del niño y su familia conducida junto con el terapeuta. A través de este abordaje el niño aprende a escuchar su voz, las voces de los otros, también los sonidos ambientales pero por sobre todas las cosas aprende a decodificar los sonidos del habla, aprende a procesar el lenguaje hablado, aprovechando los períodos críticos y la plasticidad cerebral. Este tipo de abordaje estimula el desarrollo natural de la comunicación en la vida cotidiana, incluyendo la participación del niño en una escuela común en la medida que sea posible y con los servicios de apoyo necesarios. La terapia está basada en la interacción con el niño a través del juego y de las actividades diarias que los niños desarrollan en los ambientes en los que habitualmente se desenvuelven. Existe una planificación con objetivos generales que es individual para cada niño pero cada sesión se va planificando tomando información diagnóstica, que es un concepto crítico en la TAV. La información diagnóstica es la que nos permite deducir de qué manera el niño está procesando la información acústica en función de la adquisición del lenguaje. Para poder obtener este tipo de información, es necesario contar con un profundo conocimiento acerca de la acústica del habla y del desarrollo normal del lenguaje dado que los niños con hipoacusia que avanzan en programas de TAV atraviesan por etapas similares a las de los niños con audición normal con un desfase en el tiempo, dado por el momento en el que se inicia la intervención pero con un ritmo de crecimiento del lenguaje por lo menos equivalente al de un niño con audición normal.

Existen ciertos principios generales para la TAV:

  1. Promover el diagnóstico temprano de la hipoacusia en recién nacidos, lactantes y niños pequeños, seguido por el manejo audiológico inmediato y la terapia auditivo-verbal
  2. Recomendar la evaluación inmediata y el uso de tecnología punta apropiada para obtener los máximos beneficios de la estimulación auditiva.
  3. Guiar y entrenar a los padres para ayudar a su hijo a usar la audición como la modalidad sensorial primaria en el desarrollo de la audición y el lenguaje hablado.
  4. Guiar y entrenar a los padres para convertirse en los principales facilitadores del desarrollo de la audición y el desarrollo del lenguaje hablado de su hijo a través de la participación activa consistente en la terapia auditivo-verbal individualizada.
  5. Guiar y entrenar a los padres para crear ambientes que mantengan la audición para el desarrollo del lenguaje hablado en todas las actividades diarias del niño.
  6. Guiar y entrenar a los padres para ayudar a su hijo a integrar la audición y el lenguaje hablado en todos los aspectos de su vida.
  7. Guiar y entrenar a los padres para utilizar patrones de desarrollo natural de la audición, el habla, el lenguaje, la cognición y la comunicación.
  8. Guiar y entrenar a los padres para ayudar a su hijo a monitorear su lenguaje hablado a través de la audición.
  9. Administrar sobre la marcha evaluaciones de diagnóstico formales e informales para desarrollar planes de tratamiento auditivo-verbal individualizados, para controlar el progreso y evaluar la eficacia de los planes para el niño y la familia.
  10. Promover la educación en las escuelas regulares con compañeros que tienen audición normal y con los servicios adecuados desde la primera infancia en adelante.

(Adaptado de los Principios originalmente desarrollados por Doreen Pollack, 1970 y adoptados por la AG Bell Academy for Listening and Spoken Language®, 2007)

El fundamento principal para este tipo de abordaje es la demostración de la primacía de la audición como el canal más eficiente para la decodificación del lenguaje. La audición, aunque deficiente, es el sentido más útil y más efectivo para la recepción del lenguaje y es el único que permite una realimentación permanente ofreciendo así la posibilidad de lograr una muy buena calidad de voz, altísimos niveles de inteligibilidad, muy buenos niveles de lenguaje, un rendimiento académico muy apropiado y una mejor inserción social.

Si bien existe un porcentaje elevado de niños con hipoacusias que tienen otros handicaps, el mundo del sonido debería ser accesible para casi la totalidad de niños con trastornos auditivos, aún los más profundos.

La reducción en los tiempos de detección de las hipoacusias a través de las nuevas metodologías de screening y de diagnóstico, las mejoras en la calidad de los audífonos, las nuevas metodologías de prescripción, el alcance de los sistemas de comunicación inalámbrica y los implantes cocleares junto con el tratamiento apropiado le están permitiendo a muchos más niños a acceder al lenguaje a través de su audición.

Bibliografía:

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